Las migraciones en el Estrecho de Gibraltar, son la evidencia de un movimiento que ha sido constante durante siglos y que a pesar de las interrupciones que han podido suponer los distintos instrumentos “políticos” para regular esos desplazamientos, el tránsito persiste. “El borde de una herida. Migración, exilio y colonialidad en el Estrecho” es una muestra comisariada por Juan Guardiola (1965), que incluye el trabajo de 46 artistas y colectivos. La exposición, inaugurada el pasado 17 de febrero, y que estará abierta al público hasta el 4 de junio en la primera planta de CentroCentro en la Plaza de Cibeles, propone una mirada plural desde el arte contemporáneo a los asuntos de extranjería y ciudadanía social que atraviesan la realidad de las personas que viven a ambos lados de la frontera mediterránea.

 

El proyecto expositivo se divide en cuatro partes y un ciclo de vídeos titulado “Cruzo… luego existo” que incluye siete piezas de diferentes autores y que, originalmente, formó parte de la muestra “Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto”, curada por José Miguel Cortés en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) entre el 18 de febrero y el 3 de julio de 2016. Hay que reconocer que un tema de esta complejidad política, histórica y cultural es difícil de abarcar; sin embargo, la heterogeneidad de voces que desde la indignación y la crítica se aglomeran en el recorrido que propone Guardiola desde el comisariado, ponen en evidencia, no solo las contradicciones discursivas de la idiosincrasia europea, también dejan al descubierto las distancia que existe entre la realidad que vive el migrante de origen africano y el europeo.

El Perro, “Travelbox”, 2002

La pieza, “Travelbox”, una instalación de 2002 del colectivo El Perro, propone con ironía una alternativa de viaje para inmigrantes más segura y rentable. En la sala, se podía apreciar un prototipo a escala acompañado por un vídeo promocional y una animación que a modo de instrucciones ejemplificaba su uso. La caja de embalaje en madera, similar a las que se utilizan para transportar obras de arte, incluía adentro las mismas “comodidades” que tendría un viajero de clase turística. Esta alternativa de trasporte crea un paralelismo entre la necesidad del migrante de desplazarse, el lenguaje del marketing que suaviza los dramas de la vida real y la mercancía como aquello que se globaliza con más facilidad y ligereza que los seres humanos.

 

Próximo a la caja de El Perro se puede apreciar, “Inmigrantes” una pieza de Joan Fontcuberta de la serie “Google-gramas”. Esta imagen se arma a partir de los resultados que provee una encuesta realizada por el Instituto Opina en 2004, sobre las preocupaciones principales de los ciudadanos españoles en temas de bienestar social, salud, asistencia sanitaria y pensiones. El resultado es una suerte de mosaico digital ensamblado con imágenes provenientes del internet, organizadas para recrear una foto del hallazgo de dos inmigrantes sin vida en la playa de Vistahermosa de Santa María en Cadiz el 31 de octubre de 2003. Lo que a distancia podría parecer otra reproducción de la trágica foto vista en los periódicos, se convierte a la vez en un retrato de la desigualdad, en materia de derecho, que existe entre las personas que cruzan desde África hacia Europa, y los que desde el otro lado dan por hecho lo que para unos es privilegio.

Joan Fontcuberta, “Inmigrantes”, 2005

Ahora bien, cuál es el cometido de esta muestra. ¿Qué aporta a la discusión? ¿Qué puentes genera entre la cultura española y el objeto de estudio? ¿Reta la invisibilidad en la cual vive la comunidad de inmigrantes en Madrid? ¿Cuándo veremos desde el ayuntamiento una exposición sobre los ciudadanos y ciudadanas españolas que se están viendo en la necesidad de migrar a los países de más al norte? ¿Tiene el arte la responsabilidad de proponer un diálogo político acerca de estos temas? ¿Qué dice esta muestra sobre las políticas culturales de la administración madrileña actual?

 

No es que deba visitarse la exhibición utilizando estas preguntas como guía para articular una evaluación sobre si el proyecto es efectivo o no en términos curatoriales, no se trata de un intento por desacreditar el trabajo de los artistas ni el curador, tampoco es que tenga la expectativa de encontrar respuestas a esas interrogantes a través de las piezas que componen la exposición; aun así, no puedo evitar la curiosidad de saber si hay algún artista de origen magrabí o africano que viva en España y tenga algo que decir al respecto. En ese sentido, la muestra cumple su cometido: invitar a reflexionar sobre los procesos de autocolonización. ¿Qué conversaciones se derivarán de ella? Ojalá y sean más que la cantidad de refugiados sirios que han recibido hasta el hoy.

Título: El borde de una herida. Migración, exilio y colonialidad en el Estrecho
Artista: 46 artistas y colectivos
Comisario: Juan Guardiola (1965)
Fecha: Del 17 de febrero al 4 de junio de 2017
Lugar: CentroCentro, 1a. Planta (Plaza de Cibeles, 1)

*Publicado en el blog del curso de Prácticas en Crítica de Arte, del Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual, a cargo del Prof. Miguel Cereceda.