El pasado miércoles 6 de febrero abrió al público la muestra del proyecto Puerto Rico: puerta al paisaje curado por Lilliana Ramos Collado en coordinación con el Museo de Arte Contemporáneo de Puerto Rico (MAC). Esta, que es la primera parte de la curaduría, está montada en la sala de exhibiciones del Museo de Historia, Antropología y Arte (MHAA) de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Las piezas que la componen pertenecen en su totalidad a las colecciones del MHAA, del MAC y del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), presentándonos de algún modo el legado patrimonial escogido por estos organismos para convertirse en parte de nuestra historia cultural. En esta primera porción de la muestra, la curadora se ha propuesto trabajar con paisajes productivos que revelen la intromisión del humano en la tierra que se retrata y se piensa. Los artistas que participan en esta ocasión presentan paisajes habitados, labrados, medidos, delimitados física y conceptualmente. El colectivo está compuesto por obra de Ramón Frade, José López de Victoria, Francisco Oller, Rafael Tufiño, Francisco Palacios, María de Mater O’Neill, Rosa Irigoyen, Nayda Collazo-Lloréns, Nathan Budoff, Eric French Circuns y Carlos Marcial, entre muchos otros y otras.
La iniciativa que da sentido histórico a esta exposición en nuestro contexto se apoya en que es la primera que se ocupa de revisar esa tradición en nuestra producción plástica en un marco que va desde el siglo XVIII hasta el presente. Esa ambición de la curadora de abrir las ventanas del paisaje puertorriqueño a través de los ojos de nuestros artistas implica la presentación de estas piezas más como una discusión abierta que como un proyecto meramente historicista que pretenda ordenar obras y tendencias por autores o fechas. Y es ahí donde debemos situar su relevancia actual como foro que invita a preguntar sobre los sentidos y motivaciones del paisaje como tema y como objeto de estudio en distintos momentos de nuestra historia del arte.
Ahora bien, pensándola entonces desde la oportunidad que la misma exhibición provee para ser cuestionada y cuestionar el tema que desarrolla, podemos lanzar algunas preguntas que sirvan de incentivo para dinamizar la discusión sobre lo que albergan las salas. En primer lugar, ¿cómo es el paisaje contemporáneo y que connotaciones ofrece dentro de la muestra? Si bien la exhibición recoge numerosas estampas que remiten a lo rural, en un diálogo con la obra de Oller y los primeros paisajistas de la Isla, la presencia del paisaje contemporáneo se concentra en las referencias al exceso y a los desechos. ¿Dónde queda entonces la ciudad entre esos posibles paisajes? Es indiscutible que durante los pasados diez años esta ha sido no solo foco de muchas discusiones, sino que también ha sido superficie y materia prima en la obra de muchos artistas. La ciudad, aun como mole de concreto caliente, es fértil en ideas, disputas y roces; contiene vida entre sus paredes, y es la referencia diaria de espacio para casi una cuarta parte de la población del país.
Una segunda pregunta que también vale la pena compartir es sobre la poca presencia de otros medios en esta primera parte de la exposición. Ante ello podemos cuestionarnos: ¿Han contribuido la fotografía, la escultura y el arte público a la forma en la que vemos y entendemos nuestro paisaje? ¿Cuánto ha han afectado nuestra mirada la documentación en vídeo y fotografía realizada durante la segunda mitad del siglo XX por el trabajo de Jack Delano y por las películas de la División de Educación a la Comunidad (DIVEDCO)? Particularmente en el arte contemporáneo, hay proyectos desarrollados durante los últimos doce años que, incluso desde el performance, han establecido un diálogo productivo con el espacio y el paisaje. Artistas como Jesús “Bubu” Negrón, Rafael Miranda, Vanessa Hernández Gracia, Rafael Vargas Bernard y Rogelio Báez Vega, son artistas que podrían aportar positivamente en futuras discusiones sobre este tema a través de sus proyectos, añadiendo una cuestión de escala que presentaría al paisaje frente a un tipo de correspondencia diferente con el cuerpo humano y el impacto mutuo en esa relación. Por último y con intención de mantener esta discusión abierta, preguntaría sobre las posibilidades del cuerpo como paisaje. Si bien ya mencioné algunos artistas que han utilizado el performance o la instalación como estrategia para mediar entre sus intuiciones y los límites del espacio, algunos se han fijado en el cuerpo como topografía de una política que también se expresa entre fronteras y que precisa de mapas para recorrerse.
No me gustaría cerrar este recorrido sin antes mencionar que las preguntas que se le puedan plantear a una muestra no deberían partir de una intención por cambiar su contenido. Tal vez todo lo contrario, deben nacer con el propósito de imaginar, a partir de lo que ofrece, nuevos textos y posibilidades que contribuyan a tener un discusión más amplia y más diversa sobre el tema en cuestión.
Además de su valor como exhibición, vale destacar en Feroz/feraz la colaboración entre instituciones y el trabajo de vinculación de sus colecciones, lo que a mi entender le otorga también relevancia como proyecto de gestión, a la vez fomenta la generación de roces entre piezas que no coincidirían físicamente por formar parte de legados separados. A su vez, nos permite el encuentro de diferentes públicos —los de cada museo—, y le añade trayectoria a las obras presentadas, colaborando en su ruta a convertirse en parte de la cultura visual de los y las puertorriqueñas que participan de estas conversaciones.
La segunda parte de Puerto Rico: puerta al paisaje tiene por subtítulo Entremundanos y ocupa tres de las salas principales del MAC. Abrió sus puertas este pasado viernes 1 de marzo y promete tantas discusiones sobre nuestro imaginario como el proyecto que ocupa la sala del MHAA. Ambas presentaciones están bien acompañadas por una serie de conferencias y simposios que se extienden hasta el mes de mayo.
Sin más, le invito a visitar la sala y compartir sus preguntas. Así seguramente contribuiremos a la construcción de un panorama de gestión y diálogo más amplio y consciente.
La exhibición Puerto Rico: Puerta al paisaje. Feroz/Feraz estará abierta en el Museo de Historia, Antropología y Arte de la Universidad de Puerto Rico- Recinto de Río Piedras, hasta el 2 de junio de 2013. Para más información: (787) 764-0000 ext. 2452.
*Publicado originalmente en la edición de abril de 2013 de la revista en línea, Visión Doble.