Se dice de los colonizados que cristalizan en sus discursos las historias que los colonizadores inventaron sobre ellos, que convierten en hegemonía el lugar desde que el fueron vistos y que son incapaces de pensarse fuera de ese espacio ideológico. Se dice que no tienen voz propia, que han sido adecuados por generaciones y que su panorama carece de referencias propias para pensarse fuera de las condiciones que los colonizan. La violencia histórica que ha dado forma a sus entornos define, entre otras cosas, sus relaciones.
Adentro de la isla/colonia, existe un mito que sobre-simplifica lo que sucede más allá de las fronteras costeras, lo que sucede del otro lado de ese mar, está romantizado, y siempre se suele visualizar como mejor, mayor y más grande. Aquello que se produce en la metrópoli suele causar revuelo y fácilmente se convierte en favorito. Es igualmente cierto, que adentro, casi todo se discute desde la dicotomía, los bandos desde los cuales se articulan los argumentos monopolizan las discusiones desde los extremos y convierten en cultura común sus opiniones. Así mismo, mucho medios de comunicación que lejos de tener una agenda de informan desde la polarización Si bien esto no es más que otra mera opinión generalizada, es simultáneamente una manera de describir el panorama de producción que afecta a estos artistas.
La realidad que se vive y las posibilidades de discurso que derivan de ella, permiten e invitan a dudar sobre la cifras, a no creer en las narrativas oficiales y sobre todo, a cuestionar insistentemente las fuentes que se encargan de la producción y el manejo de la información que pretende definirnos. Estos artistas se han ocupado de alimentar un cuerpo de trabajo que consistentemente pone en duda las fuentes de información, a la vez que cuestionan el inmovilísmo de lo paradigmas nacionales. Sus propuesta, se valen del humor, la investigación, la apropiación y la participación como estrategias para revelar algunas posturas y fronteras que en lo personal me gusta pensar dibujan un paisaje que ignoramos.
El arte se ha probado como un espacio perfecto para la transgresión de los oficialismo. En esta ocasión el trabajo de Osvaldo Budet, Migdalia Luz Baréns Vera, Rafael J. Miranda, Chemi Rosado Seijo y Omar Obdulio Peña Forty, coinciden como fichas para estimular un diálogo que provoque la formulación preguntas, y conversaciones que a la vez nos ayuden a entender nuestra realidad más allá de las posibilidades que nos ofrecen los periódicos, los noticieros y los currículos escolares.
Por ejemplo Budet, en el vídeo “Creative Wakes/Entierros creativos”, investiga el fenómeno conocido localmente como el “muerto parao”, que luego deriva en los también conocidos “muerto en motora” y “muerto en ambulancia”, qué con el paso del tiempo se han multiplicado en ejemplos similares de formas singulares de despedida para personas fallecidas. Conocidos en Puerto Rico también como velatorios, funerales y velorios, ya en 1893 el pintor Francisco Oller en su afán por retratar las condiciones sociológicas de esa época, pudo reconocer el poder detrás de esos ritos para nuestras comunidades. Si bien, el Velorio que recrea Oller en su pintura esta muy lejos de ser el muerto parao, Budet en sus entrevista revela también algunas de las contradicciones que le dan forma y sentido al aclamado debate por la identidad nacional. En mi opinión, el rito de despedida transformado en evento en mediático, habla sobre como el capitalismo tardía ha convertido en fetiche el dolor y la intimidad, a la vez que deja claro como el apego por lo material define una importante parte de nuestra idiosincracia.
Por su parte, Migdalia, con el proyecto “Lucunar Interpolations”, presenta a través de una selección de 3 máscaras, lo que para mi es una provocación a pensar las relaciones interpersonales dentro y a través de la materialidad del objeto. Estas máscaras, realizadas con cinta adhesiva, llegan hasta el cuello y no tienen aberturas para los ojos, la nariz ni la boca. En ese sentido son máscaras ciegas que se adhieren al rostro del usuario para mediar su interacción con el entorno, sirviendo como metáfora del automatismo y la alienación del individuo en la sociedad contemporánea. El anonimato detrás de estas máscaras de plástico, puede ser simultáneamente poético y terrible; desde la seguridad que da la posibilidad de ser cualquiera hasta los efectos y los costos de esa ambigüedad donde la identidad es una abstracción. Vale la pena aclarar, que en esta ocasión se presentaron independiente de las fotografías para las que originalmente fueron construidas.
En el caso de Rafael Miranda, ambas imágenes impresas serigráficamente y tituladas “memes” satirizan dos de los gobernadores electos que ha tenido Puerto Rico, Luis Muñoz Marín y Carlos Romero Barceló. En este caso, el meme conocido popularmente dentro de las redes sociales y la internet como una combinación de texto con una imagen de dominio público muchas veces popularizada a través de la televisión, el cine o las mismas redes sociales, adquiere un nuevo contenido al combinarse con el texto. Estos memes, muchas veces son mofas que desde el humor y el sarcasmo revelan la ironía detrás de sucesos de actualidad. En el caso de Miranda y el meme de Muñoz Marín, el ideólogo detrás del Estado Libre Asociado de Puerto Rico (identidad fiscal del territorio estadounidense no incorporado que es esta Isla) dice asomado desde un podio, mirando fijamente a la cámara y con una sonrisa insinuada, “si no te gusta mi perfume, deja que pruebes mi colonia”. Claro que a Muñoz y al Partido Popular Democrático se les responsabiliza por haber transformado el status colonial de Puerto Rico con Estados Unidos en una codependencia perpetua de una sistema insostenible que cristaliza la situación colonial llamándola con otro nombre.
Chemi Rosado Seijo, conocido por sus proyectos de intervención en espacios públicos, como lo es el “Bowl” en la comunidad La Perla en Viejo San Juan, y “El Cerro” en la comunidad de El Cerro en Narajito, presenta en esta ocasión parte de un proyecto en marcha titulado “Tapando para ver”. El gesto que da sentido a este ejercicio es en sí mismo un acto de subversión en contra de la industria de la información, específicamente la publicidad y los medios de comunicación impresa. “Tapando para ver” es literalmente un colección de periódicos (portadas, anuncios, etc) sobre los que el artista ha cancelado parte de la información dispuesta en al hoja, pintándole con tinta negra o pegando pedazos de papel negro encima. Lo que queda es muchas veces una colección de palabras que frasean mensajes derrotistas, a través de los cuales el artista se posiciona frente las agendas de una industria que miente a través del lenguaje y la parafernalia de una imaginería creada para asegurarle poder a unos pocos. En la composición de pared que se muestra, hay periódicos de Puerto Rico y Estados Unidos de distintas fechas que Rosada ha ido acumulando durante años trabajando la pieza desde distintos lugares. Este sencillo gesto del artista, acalla por un momento algunos de los elementos que nos entretienen y distraen de las verdaderas intenciones de muchos de los poderes que se ejercen en nombre del progreso. Un progreso claramente diseñado de acuerdo las necesidades que tiene otro para con nosotros.
Desde su oficio como barbero, Omar O. Peña Forty, ha observado su país a través de una detenida reflexión sobre el trabajo del artista. Las lecturas que derivan de su obra, invitan a pensar en la maestría artesanal detrás del oficio, tanto el de la barbería como el del dibujo artístico. Omar entiende que existe un paralelismo técnico entre ambas tareas. “Shape up” es una serie de dibujos-diagramas, realizados digitalmente de los que el artista se sirve para proponer una tipología de clases (económicas) de acuerdo al tipo de recorte que se hace la persona, ilustrando la línea del cerquillo en un perfil. Esta marca que rodea la cabeza, es para algunos un acto que se pierde en la cotidianidad y la moda, para otros una señal que da indicios de procedencias. Para aquellos a los que es importante saber de que material era al cuna dentro de la que se nació, tal vez la líneas y los cerquillos sea un delator. En el caso del artista, esto es más una antropología del estilo, un documento de época que revela intenciones de identificación y necesidades de pertenencia y regionalismos.
El reto esta en observar el panorama con honestidad y ver el trabajo de los artistas más allá del monolítico y ya erosionado discurso de identidad que tantas exclusiones ha dejado pasar. Si bien la selección que se presenta en éste primer ejercicio curatorial no es pareja es sus intereses formales. Los proyectos que la componen se resisten a ser encajonados, y no pretender definir ni cristalizar una sola visión de país. Entonces, si pensamos que la apertura de estas propuestas admite la duda, la pluralidad de lecturas y acercamientos sobre el contexto desde el que se producen, podemos hacernos conscientes de lo que se gesta en contraposición. Todos los posibles países que se ignoran cuando se piensa en una sola forma de nación, todas las necesidades que se obvian, las omisiones que se permiten. Si algo promete el arte, es ese boleto abierto hacia el cuestionamiento, y esa posibilidad de no dar por sentado los eufemismos. La invitación es a preguntar.
*Publicado en el catálogo del Segundo Ciclo de exhibiciones 2015, en Área: lugar de proyectos en Caguas.