Cada generación, dentro de una relativa opacidad, tiene que descubrir su misión, 
cumplirla y traicionarla.

—Frantz Fanon, Los condenados de la tierra

El panorama político actual en Puerto Rico es resultado de varias décadas de desgaste sistémico. Nuestro archipiélago es uno de los muchos escenarios en los que domina una maquinaria de producción de injusticias diseñada para dar sentido histórico al desplazamiento y la usura. Así como quien miente con la esperanza de que todos a su alrededor den por cierto sus ocurrencias, los actores responsables de la precarización y el desahucio, rezan su falsedad con obstinación, cómodos en un derecho conferido por la colonia infinita que vivimos lxs puertorriqueñxs. Garvin Sierra y muchos otros artistas y activistas, dentro y fuera de la isla, han dedicado sus investigaciones a reaccionar a ese sistema de atropellos que amenaza todos los días con dejarnos sin tierra y sin memoria. 

En exhibiciones anteriores, su trabajo se ha distinguido por el tono político directo que se ocupa de señalar con desenfado y cinismo las ironías y contradicciones que produce el régimen colonial. Sierra, ha construido un cuerpo de trabajo que a pesar de variar en formatos y superficies, descansa sobre el rigor de una tradición gráfica que, en su caso, no se limita a las técnicas del grabado y la impresión manual, sino que crece en un repertorio de estrategias formales que abarcan los escultórico y lo instalativo. En esta ocasión, Baratillo es una muestra que organiza una serie de propuestas pictóricas que a través de la serigrafía y el ensamblaje incorporan materiales rescatados que van desde negativos de imprentas locales hasta rótulos y señalización que el Departamento de Transportación y Obras Públicas estaba en proceso de decomisar. 

Garvin Sierra, Decomisado I, 2023

El contenido de las piezas está estrechamente vinculado al contenido de sus materiales y a una intención clara de que el proceso de confección produzca una estética que refleje la coyuntura en la que se muestran. En ese sentido, la abstracción en la que derivan algunas de las obras es resultado de una metodología que resuena con las circunstancias de desplazamiento y fragmentación que atraviesan la realidad material y política de lxs puertorriqueñxs. Un ejemplo concreto, es las serie de esculturas de pared tituladas Decomisado I, II, III & IV. Estas piezas hechas a partir fragmentos de rótulos de carretera, referencian el proceso a través del cual el Estado dispone y desecha propiedad pública, apuntando entre otras cosas a la disposición cada vez mayor del gobierno a cerrar y vender escuelas, privatizar servicios básicos como la energía eléctrica, comprometer el acceso a las playas y facilitar la compra de propiedades por extranjeros, quienes a diferencia de los locales están exentos del pago de contribuciones. 

Garvin Sierra, Muro, 2023

Varios procesos inciden en la articulación de esta nueva colección de obras. Si tomamos como ejemplo el caso de las piezas Muro y Ventana, compuestas cada una de varios lienzos verticales en gran formato en los que se solapan impresiones serigráficas de material publicitario, logos, números e imágenes, se pude ver también como coinciden de manera puntual con segmentos de propiedad gubernamental decomisada y otros materiales rescatados. En estas piezas, así como en Venta de Conejo y Guardafango, se revela como el artista pone en marcha un juego de metáforas donde las obras actúan como escenarios en los que cada elemento y sus propiedades aportan a la elaboración de mensajes polivalentes e informados de las experiencias de lucha y resistencia que atraviesan el presente socio-cultural del archipiélago. 

Aunque Sierra no propone deliberadamente una narrativa, es posible conectar pistas que delatan el mismo espíritu de denuncia que distingue su obra anterior. Frantz Fanon en su texto Sobre la cultura nacional nos dice: “La cultura no tiene jamás la translucidez de la costumbre. La cultura evade eminentemente toda simplificación”. Consciente de ello, Garvin ha seleccionado cuidadosamente componentes cargados de sentido enraizados profundamente en la fibra de la contemporaneidad y los ha convertido en objetos cifrados que traicionan esa misión de resiliencia que se nos ha otorgado generacionalmente. La complejidad discursiva y la multiplicidad de lecturas contenidas en esta colección de obras, demuestran un cambio de estrategia que pone en evidencia un replanteamiento de la intencionalidad que ha guiado el desarrollo de su obra hasta el momento. 

Si bien, el trabajo gráfico e instalativo de Sierra ha servido para ilustrar la corrupción y el abuso a través de la producción de imágenes de denuncia, estas obras asumen la complejidad y abrazan las contradicciones que distinguen los momentos tan convulsos que vivimos. Baratillo no pretende aleccionar a sus espectadores, en todo caso, invita a la interlocución a través de vínculos con lo popular que nos apelan y acompañan a lo largo del recorrido. 

La capacidad formal de estas piezas para recrear la trampa del progreso narcisista que nos acecha, reescribe en el imaginario plástico y la cultura visual puertorriqueña la facultad de los lenguajes no-objetivos para replantear lo dado y proveernos de nuevas formas de ver aquello que solemos dar por sentado. Por último, es importante reconocer que aquellos que habían advertido hace décadas que este momento llegaría, la gentrificación y el desmantelamiento de lo que creíamos nuestro, sabían que la generosidad de los invasores no era gratuita y que lo barato, en la colonia, siempre ha salido más caro.

Referencia:

Fanon, Frantz (2001). Los condenados de la tierra. 3era. edición. México: Fondo de Cultura Económica.

*Texto curatorial publicado como parte del catálogo de la muestra “Baratillo” del artista Garvin Sierra en El Depósito en Caguas, Puerto Rico.